Las mallas volumétricas aportan soluciones tridimensionales para el control de la erosión y estabilización de taludes.
La erosión del suelo es un proceso natural que se acelera por actividades humanas como la deforestación, la construcción y las prácticas agrícolas inadecuadas.
En taludes y terrenos inclinados, este fenómeno puede generar graves problemas de inestabilidad, deslizamientos y pérdida de suelo fértil. Para mitigar estos riesgos, las mallas volumétricas se presentan como una solución eficaz y versátil.
¿Qué son las mallas volumétricas?
Las mallas volumétricas, también conocidas como geoesteras o geomallas 3D, son estructuras tridimensionales permeables diseñadas para proteger el suelo contra la erosión y estabilizar taludes.
Su principal función es confinar el suelo superficial, creando un ambiente propicio para el desarrollo de la vegetación y previniendo el desprendimiento de partículas.
Materiales de fabricación de mallas volumétricas.
Las mallas volumétricas se fabrican principalmente con polímeros sintéticos, siendo el polipropileno (PP) el material más común debido a su alta resistencia a la tracción, durabilidad y resistencia a la degradación por agentes químicos y biológicos.
También se utilizan otros materiales como el polietileno de alta densidad (PEAD) y, en algunos casos, se incorporan fibras naturales como el coco o esparto para mejorar la integración con el medioambiente.
Aplicaciones y métodos de instalación de las mallas volumétricas.
Las mallas volumétricas se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, incluyendo la estabilización de taludes para la prevención de deslizamientos y desprendimientos en taludes de carreteras, ferrocarriles, minas y obras civiles; el control de la erosión en márgenes de ríos y canales, como protección de las orillas contra la socavación y el arrastre de sedimentos; la restauración de áreas degradadas, en la recuperación de suelos erosionados y promoción del establecimiento de la vegetación; además de en las áreas de jardinería y paisajismo, en la creación de jardines verticales, cubiertas vegetales y otras estructuras paisajísticas.
Respecto a la instalación de las mallas volumétricas es relativamente sencilla. Generalmente, se despliegan sobre la superficie del talud previamente perfilado y se fijan al terreno mediante anclajes adecuados, como grapas, estacas o pernos. Posteriormente, se rellena la estructura con tierra vegetal u otro sustrato, creando una capa de soporte para la vegetación.
Tipos de mallas volumétricas.
Existen diferentes tipos de mallas volumétricas, adaptadas a diversas necesidades y condiciones del terreno. Entre las más populares están:
- Las mallas volumétricas estándar, fabricadas exclusivamente con monofilamentos sintéticos (generalmente polipropileno) extruidos, enredados y soldados en sus puntos de contacto, creando una estructura tridimensional con un elevado índice de huecos.
- Las mallas volumétricas con fibras orgánicas que incorporan fibras naturales como el coco, que mejoran la retención de humedad y favorecen el desarrollo de la vegetación. Estas mallas ofrecen una mayor biodegradabilidad y una mejor integración paisajística.
- Las mallas volumétricas presembradas, que vienen con semillas incorporadas en un fieltro biodegradable, lo que facilita la revegetación del área y acelera el proceso de recuperación del suelo.
- Las mallas volumétricas reforzadas, que presentan una mayor resistencia a la tracción gracias a la incorporación de refuerzos adicionales, lo que las hace adecuadas para taludes con mayor pendiente o sometidos a mayores esfuerzos.
- Y las mallas volumétricas con lámina termoplástica, que combinan la estructura tridimensional con una lámina termoplástica (generalmente compuesta por LDPE + EVA + geotextil), que proporciona una mayor impermeabilidad y protección contra la erosión hídrica.
Ventajas de las mallas volumétricas en trabajos de bioingeniería.
Las ventajas de las mallas volumétricas en trabajos de bioingeniería del paisaje son muchas, aunque deben utilizarse solamente si el proyecto las admite. Una de ellas es su alta eficacia en el control de la erosión, porque protegen el suelo contra la acción del viento y el agua.
En la estabilización de taludes, previenen deslizamientos y desprendimientos. Además, contribuyen al correcto crecimiento de la vegetación, ya que crean un ambiente favorable para el desarrollo de las raíces.
Son fáciles de instalar y se adaptan a diferentes tipos de terreno y geometría de taludes. Los materiales sintéticos ofrecen una larga vida útil, y son de bajo impacto ambiental, ya que, las opciones con fibras naturales y presembradas favorecen la integración paisajística y la recuperación del ecosistema.
Para la correcta aplicación de las mallas volumétricas, es fundamental realizar un estudio geotécnico del terreno para determinar el tipo de malla volumétrica más adecuado.
La correcta instalación y anclaje de la malla son cruciales para garantizar su eficacia, así como la elección de la vegetación a implementar, que debe adaptarse a las condiciones climáticas y edáficas del lugar.