El cultivo de plantas en vivero debe tener presente el destino de sus producciones, para que, mediante el uso de las técnicas culturales apropiadas, permitan que las plantas una vez llegadas a destino crezcan de la mejor forma posible.
Es sabido que, durante el cultivo en maceta o contendor, el sistema radicular de la planta tiende a la exploración de nuevos suelos, utilizando en ocasiones los propios orificios de drenaje para salir y seguir desarrollándose, si las circunstancias lo permiten, por el suelo donde se encuentran depositadas.
Cuando esto no es tenido en cuenta, se puede dar la situación de que, una vez que el cultivo llega a su fase comercial, se tenga que proceder a una especie de ‘arranque del suelo‘ por encontrarse parte de su sistema radicular desarrollado por debajo de la maceta.
El corte de parte de estas raíces, cuando se trasplantan al terreno definitivo, conlleva que algunas plantas, sean incapaces o les cuesta mucho ‘enraizar en la nueva tierra‘. En los dos casos es un problema.
Este tema se agrava cuando tratamos planteles para la restauración del paisaje o reforestación. Son plantas que suelen necesitar de muchos meses en cultivo en las bandejas forestales y su sistema radicular puede buscar nuevos espacios que se encuentran en contacto para emitir sus raíces.
En este caso, en el cultivo de bandejas forestales, el diseño de las mismas es fundamental y la solución para que esto no pase es que tengan un diseño de autorepicado aéreo.
¿Qué es el autorepicado aéreo?
Las bandejas forestales usadas habitualmente para producir planta en vivero cuentan con una serie de sistemas para garantizar que la raíz de la planta tenga un desarrollo adecuado y una buena respuesta cuando pasa a suelo.
Uno de estos sistemas es el autorepicado aéreo que consiste en un «pinzado» de la raíz principal, estimulando de esta manera la emisión de raíces secundarias, responsables de la absorción de agua y nutrientes, y, por tanto, de garantizar la supervivencia de la planta cuando pasa a suelo.
Como apoyo a este autorepicado aéreo en su diseño, hay otra técnica complementaria y muy importante que consiste en, mediante una estructura metálica, mantener las bandejas elevadas del suelo varios centímetros.
Esto, unido al diseño del alvéolo con un solo orificio de drenaje de gran tamaño, permite que la raíz pivotante o todas aquellas que adquieren protagonismo en fortaleza, una vez llegan la base del alvéolo, al contacto con el aire tengan un autopinzado que favorece la emisión de nuevas raíces, lo que se denomina autorepicado.