Las mantas orgánicas son una de las opciones más eficientes para el control de la erosión. Pero para que esto sea así, estas deben ser, tanto, aplicadas en los casos adecuados, como realizar una correcta colocación.
A la hora de una instalación de mantas orgánicas en canales, hay que tener presente una serie de normas generales. Entre ellas están la preparación del terreno para su perfilado, eliminando aristas, salientes y demás elementos gruesos, sueltos como piedras y restos de vegetación; la aportación del material de relleno, mejorando la tierra, si es posible, con el objetivo de obtener un perfil de terreno adecuado sobre el que colocar la manta orgánica; y por último, procede a la siembra con las semillas de especies adecuadas y su fertilización con abonos adecuados para favorecer el arraigo y desarrollo de las plantas tras la nascencia.
Esquema de colocación de la manta orgánica
Instrucciones para la instalación de mantas orgánicas en canales, cunetas y cárcavas
El protocolo para la instalación de mantas orgánicas en canales, cunetas y cárcavas son las mismas. Una vez hecho el estudio pertinente y la elección de la manta orgánica adecuada para esa obra paisajística, se crea una zanja o trinchera de unos 50 centímetros de ancho por otros 50 de profundidad aproximadamente. En ella se introduce el principio y/o final de cada manta orgánica (1), con el objetivo de que quede bien fijada y no sufra arrastres por viento o escorrentía. Puede darse el caso de la conveniencia de producir más zanjas intermedias en función de la pendiente y caudales de máximas avenidas.
Paralelamente, se realiza la excavación y formación de pozos de infiltración o salidas de evacuación. Estos deben estar convenientemente ubicados en el curso de agua para aliviar las escorrentías, ayudando a disminuir los caudales arrastrados. Estas oquedades contribuirán a recargar los acuíferos y a disipar la erosión.
Seguidamente, se desenrollan las mantas (2), colocándolas sobre el terreno a aplicar, sin tensar y colocadas por la cara apropiada contra la superficie del suelo.
Es importante que la manta orgánica siempre esté en contacto directo con el terreno donde se instala. De esta forma facilitará su adherencia, la germinación de las semillas y el crecimiento de estas plantas a través de la misma. Ya extendidas, se grapearán convenientemente (3) siguiendo las indicaciones del gráfico (*).
(*) Indicaciones del gráfico
Respecto al tamaño de la grapa de fijación, este será elegido en función del tipo de suelo, teniendo en cuenta su dureza o penetrabilidad, inclinación o pendiente del terreno y tipo flujo.
Para el sentido de la instalación de la manta orgánica, siempre debe situarse en la misma dirección del flujo de agua. Y siempre, para que estas sean más eficientes en su conjunto, deben solaparse una sobre la siguiente al menos 10 centímetros (4), grapeándo y aporcando con tierra sus bordes.
Finalmente, se procede al relleno de zanjas de anclaje y pozos de infiltración. Esto se puede hacer con piedra de un tamaño de alrededor de unos 25 o 30 centímetros (5). También se pueden utilizar otros materiales como por ejemplo gaviones, troncos de madera o fajinas de ramaje atadas.