El Cistus albidus es muy tolerante a la sequía y capaz de crecer en suelos bastante pobres. Esto, unido a su aspecto atractivo, hace de ella una planta interesante tanto para restauración paisajística como para jardinería sostenible.
Su distribución general se ubica por el mediterráneo occidental. Así se puede encontrar poblaciones desde Portugal y Marruecos hasta el Norte y Centro de Italia y Argelia. En la península ibérica se puede encontrar de forma abundante en la parte sur, así como en el valle del Ebro, todo el litoral Mediterráneo e islas Baleares.
La Jara blanca o estepa blanca.
Su nombre científico es Cistus albidus, pertenece a la familia de las Cistáceas (Cistaceae) y comúnmente se le conoce, al igual que otras especies de Cistus, como Jara blanca o Estepa blanca.
Como planta, es un arbusto que crece hasta el metro y medio de altura, con aspecto densamente pubescente, posee pelos estrellados y la corteza de sus ramas es grisácea.
Su follaje es perenne y sus hojas son de color verde grisáceo con pelos estrellados muy densos por ambas caras. Además de sésiles, pueden tener un aspecto ovado-oblongas, elípticas u oval-lanceoladas, con el margen ligeramente revoluto.
Produce flores grandes y vistosas, de color entre rosa y púrpura, estando su floración centrada entre los meses de febrero a junio.
Su fruto tiene aspecto de cápsula ovoidea, es peloso y sedoso con un tamaño que oscila entre los 7 a 13 milímetros, que se abre en cinco valvas que contienen numerosas semillas.
Técnicamente, sus semillas son de aspecto subtetraédricas, muy pequeñas, de apenas uno a un milímetro y medio, de color marrón amarillento.
Recolección de semilla de Cistus albidus.
El cultivo del Cistus albidus comienza con la recolección de sus semillas mediante la técnica de ordeño. Como hemos adelantado, florece y fructifica de febrero a junio, por lo que es difícil situar un momento de recolección concreto. Es recomendable estudiar la fenología de las zonas de cosecha para ajustar los pases de recolección en los momentos más adecuados.
Una vez cosechados sus frutos, se procede a la extracción de la semilla mediante trillado, cribado y aventado. Se estipula un rendimiento aproximado del 23.6 %. Dado el pequeño tamaño de estas semillas, hay que prestar especial interés en el tamaño de luz de las cribas.
Estas semillas deben almacenarse en lugares frescos y ambiente seco. Para su mejor rendimiento, es aconsejable realizarle un tratamiento pregerminativo.
Hay distintos tratamientos pregerminativos recomendados, entre ellos:
- El tratamiento a unos 20º C durante 21 días y lavado seguidamente con agua cálida 24 horas.
- La siembra directa a unos 5º C como máximo. Con ello germinarán entre 7 y 30 días.
- Con un tratamiento de calor cercano a los 100 °C durante 5 minutos, germinarán el 65 %
- Y la escarificación mecánica, con papel de lija, siguiente inmersión en agua caliente sobre unos 90º C y dejar enfriar durante 24 horas, se obtienen germinaciones próximas al 45 %.
aproximadamente. Si el tratamiento se excede de tiempo, por ejemplo, 30 minutos, el poder germinativo se reduce al 21 % aproximadamente.
El cultivo del Cistus albidus.
El cultivo de Cistus albidus en vivero tiene como destino fundamental la restauración de áreas críticas, especialmente en aquellas con fuertes limitaciones al establecimiento de otras especies, y más recientemente en la jardinería.
Una vez obtenidas las semillas, que por lo general y se compran a empresas obtentoras de semillas de plantas silvestres, se consiguen a un porcentaje de germinación cercano al 90 % y cada gramo contiene unas 860 semillas.
Se siembra en bandejas semillero y su germinación es epígea. Cuando las plántulas alcanzan los tres o cuatro centímetros de altura, ya se puedes repicar a una bandeja de alvéolos forestales de 200 a 300 centímetros cúbicos por alvéolo. Estas plántulas tendrán sus dos cotiledones largos y oblongos, con varias hojas. Estas tienen la característica tener el limbo elíptico, sus bordes enteros, pubescentes y su color es verde claro.
Ya en bandeja forestal, estarán listas para su comercialización cuando alcancen una altura de 15 a 20 centímetros.
El Cistus albidus en restauración del paisaje.
El Cistus albidus comparte hábitats con las plantas típicas de las etapas de degradación del encinar como Retama sphaerocarpa, Spartium junceum, Rhamnus lycioides, Crataegus monogyna, Rosmarinus officinalis, Cistus clusii, Stipa tenacísima, etc.
Es una planta que vegeta bien en zonas próximas al mar y en zonas de clima seco, con inviernos suaves y veranos muy calurosos.
Respecto a sus requerimientos edáficos, le es indiferente al tipo de suelo. Aunque tolera bien el suelo calizo o silíceo, muestra cierta tendencia por los arcillosos. Saber que también soporta suelos pobres en materia orgánica, por lo que la hace apropiada para estos tipos de terreno.
El Cistus albidus en jardinería.
En jardinería, se valora su aspecto ornamental en jardines, tanto por su follaje de aspecto blanquecino, su rápido crecimiento, como por su abundante y vistosa floración rosada. Está indicada para la xerojardinería en la que, además, es una planta muy atractiva para una gran cantidad de especies de himenópteros.
Así, es interesante por su bajo mantenimiento y se suele usar en agrupaciones de arbustivas y rocallas, con una densidad de plantación de 3 a 4 plantas por metro cuadrado.