La Rosa canina es una especie de rosa silvestre utilizada tanto en el mundo de la restauración paisajística como en jardinería.
En su hábitat paisajístico, esta planta convive con otros arbustos propios del sotobosque caducifolio, setos y bordes de caminos como Crataegus monogyna, Rhamnus lycioides, Rhamnus alaternus, Rubus ulmifolius…
Por hábitats, en zonas más boscosas, la Rosa canina puede crecer junto a otras especies de arbustos y árboles como el roble (Quercus robur), el fresno (Fraxinus excelsior), el avellano (Corylus avellana) y la zarza (Rubus ulmifolius). En zonas donde abundan los matorrales, puede hacerlo con el brezo (Calluna vulgaris), el tejo (Taxus baccata), la retama (Retama spp) y el espino blanco (Crataegus monogyna). Y en las áreas más costeras, lo hace junto a la salicornia (Salicornia spp) y la siempreviva marítima (Limonium emarginatum), por ejemplo.
Por otra parte, la Rosa canina es una planta que juega un destacado papel en la alimentación de animales silvestres, ya que los escaramujos, fruto de esta planta, son una fuente de alimento para diversas especies de aves, incluyendo la perdiz, el zorzal y la curruca, así como para algunos mamíferos como el zorro y el tejón.
Escaramujo, rosal perruno o rosa mosqueta.
A la Rosa canina se le conoce con nombres populares como escaramujo, rosal perruno o rosa mosqueta, entre otros. Así, científicamente se llama Rosa canina y pertenece a la familia de las Rosaceae.
Es una planta originaria de Europa, África del Norte y Asia occidental, pero fruto de la globalización, se ha ido introduciendo en otras partes del mundo.
Es un arbusto perenne que puede crecer hasta una altura de entre uno a tres metros y se caracteriza por tener tallos espinosos.
Sus hojas están compuestas por cinco a siete foliolos ovales. En cuanto a sus flores, las produce en primavera y verano. Son solitarias o se agrupan en inflorescencias con tres o cuatro flores, y tienen un diámetro de 4 a 6 centímetros. En cuanto a su color, estas pueden ser blanco o rosa pálido según el genotipo.
Una vez fecundadas, dan lugar a frutos rojos en otoño que persisten mucho tiempo en la planta. Estos frutos se llaman escaramujos, son globosos y de color rojo intenso.
La Rosa canina en jardinería.
El uso de la Rosa canina en paisajismo es debido a que es una planta muy versátil, pudiéndose utilizar en diferentes estilos de jardines.
Debido a su resistencia, se puede plantar en áreas de climas fríos y cálidos, así como en diferentes tipos de suelos. Además, su floración y fructificación la hacen una opción atractiva para agregar color y textura a un jardín en diferentes épocas: primavera y verano con su floración, y en otoño e invierno con sus atractivos frutos rojos.
La Rosa canina también puede utilizarse como seto o como planta de cobertura del suelo.
La Rosa canina en restauración paisajística.
La Rosa canina tiene usos muy interesantes en la restauración paisajística, debido a factores como su capacidad para establecerse y crecer en una variedad de condiciones de suelo y clima, así como por su valor ecológico.
En el caso de restauración de tierras degradadas, la Rosa canina puede ser utilizada para estabilizar el suelo y prevenir la erosión, ya que sus raíces son profundas y pueden penetrar en el suelo para crear una red de raíces que mantiene la tierra en su lugar.
Además, como otras muchas plantas, puede ayudar a mejorar la calidad del suelo al fijar el nitrógeno atmosférico y liberar nutrientes en el suelo a través de la descomposición de sus hojas y raíces.
Esta planta también es una importante fuente de alimento para la fauna silvestre, y su presencia en un área restaurada puede ayudar a atraer y mantener poblaciones de aves y otros animales que dependen de los frutos y semillas como fuente de alimento.
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