El Atriplex halimus es un arbusto forrajero que se suele plantar en proyectos de restauración paisajística y del control de la erosión. Por su resistencia a la sequía y a la salinidad, también se utiliza para formar setos o pantallas vegetales, sobre todo, en regiones de clima costero con exposición continuada al viento.
Estamos ante una planta comestible y como hemos adelantado, de interés forrajero. Su rusticidad le permite vivir en condiciones hídricas relativamente extremas, evitando la muerte del ganado bajo condiciones de sequía prolongada.
Como cultivo forrajero en secano, se consiguen rendimientos interesantes en proteínas e hidratos de carbono, si bien, si hay disponibilidad de agua, estos rendimientos son mucho más elevados.
El arbusto forrajero Atriplex halimus.
Se le conoce comúnmente como salado blanco, orgaza, osagra, salgado andaluz, salobre, marismo, armuelle, entre otros. El nombre científico de esta especie de arbusto forrajero es Atriplex halimus. Perteneciente a la familia de las Chenopodioideae y es originario del arco mediterráneo europeo.
Es un arbusto de hoja perenne que puede alcanzar entre los dos y tres metros de altura. Crece en lugares secos y cálidos, si bien soporta heladas moderadas de hasta -10 °C. Sus tallos son muy ramificados y enmarañados, de tacto liso, algo agrietado, de aspecto ceniciento o grisáceo.
Sus abundantes hojas son blanquecinas y arrugadas, de disposición alterna y forma ovado-lanceoladas de borde entero y algo onduladas. Posee los nervios principales bastante marcados en el envés.
La floración del Atriplex halimus que se producen a finales de verano y otoño en España. Es una planta monoica, por lo que tiene las flores masculinas y femeninas en la misma planta y lo hace mediante inflorescencias en panículas terminales. Las masculinas poseen cinco tépalos (sépalo y hoja del cáliz del mismo color que sus pétalos) y las femeninas dos bracteolas (primera bráctea de la rama axilar) de forma ovadas a reniformes, que crecen al formarse el fruto.
Estas flores son poco vistosas y son de color verde glauco muy claro, casi grises, agrupadas en densos racimos con forma de espiga.
Sus frutos son monospermos (que solo contienen una semilla) de tipo aquenio, provistos de un ala membranosa, blanquecina, tirando a rosada.
Hábitats del Atriplex halimus.
El Atriplex halimus, en su hábitat natural español, crece en áreas de clima mediterráneo sobre terrenos áridos y semiáridos, halófilos o yesosos. Y en cultivo como arbusto forrajero, en áreas de características similares, si bien, con ligeros aportes de agua, su vegetación y, por lo tanto, producción, es mucho más elevada.
Puede estar presente en los pastos xerofíticos basófilos de vivaces y anuales, compartiendo hábitats con otras especies de clima seco y suelos salinos como Tamarix africana, Suaeda vera, Salsola opositifolia, Capparis spinosa, Lygeum spartum, Atriplex glauca, etc.
En el caso geográfico de España, está presente en provincias como Zaragoza, Segovia, Madrid, Murcia, Cuenca, Albacete y Alicante, principalmente.
Cultivo del Atriplex halimus.
Para el cultivo del Atriplex halimus se debe tener presente que requiere alta luminosidad, por lo tanto, debe estar a pleno sol, salvo en su fase de siembra y germinación. Vive en suelos arenosos, por lo que el sustrato debe contar con buena aireación y drenaje. Y requiere escasa humedad, porque los riegos y fertilización, deben estar bien ajustados para no excedernos.
Esta planta se suele encontrar disponible en los listados de especies forestales y de jardinería más populares, presentadas en bandejas de alvéolos forestal.
Para la multiplicación del Atriplex halimus se puede partir tanto de semilla, cuya siembra debe comenzar entre los meses de abril y mayo; o por esqueje, que se realizarían en primavera u otoño, utilizando para ello esquejes apicales o interdonales seleccionados de plantas seleccionadas por su vigor y sanidad vegetal, y cortados cuando estas plantas madres se encuentren hidratadas.
El esquejado o siembra debe ser realizado bajo invernadero, evitando las corrientes de aire y que cuente durante todo el proceso de la humedad necesario. Con ello se conseguirá un porcentaje de germinación o arraigo muchísimo mejor, además de tener cultivos más uniformes.
Una vez germinadas o enraizadas, si la bandeja forestal posee espacio del alvéolo y volumen de sustrato adecuado, se seguirá el cultivo en estas bandejas. Si no, se trasplantará a una maceta mayor.
El restante tiempo de cultivo se realizará al aire libre y como mucho bajo invernadero de malla o umbráculo. Una vez conseguida las plántulas con buen cepellón, ya estarán listas para su venta y plantación en destino.
Plantación del Atriplex halimus en restauración paisajística y jardinería.
Partiendo que el Atriplex halimus requiere alta luminosidad, suelos arenosos y escasa humedad para desarrollarse adecuadamente, es una planta ideal para ser plantada en áreas de climas muy áridos, suelos salinos y marginales.
También destaca su capacidad de aguante ante una exposición continuada al viento, de hecho, es muy frecuente encontrarlos en las costas. Y como ya avanzamos, es resistente a las heladas de hasta -10⁰C. Es una planta propia de los pisos bioclimáticos termomediterráneo y mesomediterráneo inferior.
Bajo estas cuestiones, el Atriplex halimus puede ser plantado en proyectos de restauración paisajística como en jardinería y paisajismo. Además, plantaciones para su uso como planta forrajera de alimentación del ganado.
Plantación del Atriplex halimus en restauración paisajística.
En el caso de su plantación en proyectos de restauración paisajística, puede ser implantada entre otras especies ya existentes o tras un movimiento o restauración del suelo total.
En estos casos, proviene del cultivo del Atriplex halimus en bandejas forestales. Estos pueden ser plantados en otoño, para que arraiguen bien y estén perfectamente integrados antes de la llegada del calor veraniego del año siguiente.
Su marco de plantación debe ser mayor cuanto más alta sea la pluviometría anual del lugar. En cuanto a la longevidad de estas plantas, puede ser superior a los 20 años. Y sobre su marco de plantación, alrededor de una planta por metro cuadrado, según la necesidad de tiempo de cubrición de la zona donde se implanta.
Además, es una especie que una vez implantada en un terreno se dispersa fácilmente por semillas, pudiéndose comportarse como planta invasiva. También es útil en la fijación de taludes pobres y secos. En autovía y autopistas, puede utilizarse para formar setos o medianas.
Plantación del Atriplex halimus en xejardinería.
En cuanto al uso y plantación del Atriplex halimus en jardinería, realmente obedece a la modalidad de xerojardinería. Jardines que requieren poca demanda de riego.
Al ser un arbusto muy ramificado y con la capacidad de vivir en zonas del litoral o incluso en los saladares, puede hacerlo perfectamente en zonas ajardinadas cercanas al mar.
Su valor ornamental radica en el color de su follaje de color verde glauco muy claro, casi gris. Su floración en inflorescencia formando una especie de espiga, se sitúa en la parte superior de las ramas y son muy poco aparente.
En cuanto a su valor arquitectónico, al poseer mucho follaje y enramado, permite ser utilizado para crear grandes masas de color e incluso, utilizarlas como barreras vegetales o setos.
Es una planta muy rústica, sin apenas plagas y enfermedades. También de bajo mantenimiento. En el caso de necesitar poda, esta se puede realizar en primavera o verano.
En cuanto a su densidad de plantación, en el caso de setos, puede ser de unas dos plantas por metro. Ojo. Si el clima lo permite, el Atriplex halimus puede llegar a ser una planta muy invasiva.
Plantación del Atriplex halimus como planta forrajera.
Como hemos tratado ya en algunas partes del artículo, el Atriplex halimus puede cultivarse como planta forrajera. Esta dispone de hoja durante todo el año, y la producción esperada de biomasa ramoneable oscila entre 1 y 5 toneladas por hectárea, dependiendo de las precipitaciones y de la fertilidad del suelo.
Su mayor contenido proteico se consigue en primavera y la concentración en sales del forraje es elevada, siendo los minerales más abundantes el sodio y el cloro.
Una vez plantada en cultivo, a una densidad de una planta por metro cuadrado aproximadamente, la entrada en mayor producción se inicia a partir del segundo o tercer año, según características del suelo y técnicas de cultivo.
Sus hojas, brotes y finos tallos, son el follaje consumido mediante ramoneo. En cuanto a su aprovechamiento, es recomendable limitar el número de aprovechamientos. Dos anuales, unos en verano y otro en invierno, son los recomendables, con el objetivo de no dañar excesivamente la planta.